Evaluación ¿Homogénea? ¿Inclusiva? ¿Individual? ¿Diferenciada?

La evaluación formativa actúa junto con las intervenciones pedagógicas  en la regulación del aprendizaje. Para regular el aprendizaje es necesario mantener la mirada en la diferenciación y en la inclusión a la vez, sin que se transforme en  individualización del proceso de enseñanza aprendizaje escolar. Ósea la evaluación formativa no es homogénea, tampoco individualizada. Tiene en cuenta la tendencia a ver las necesidades a intervenir para que el proceso de aprendizaje transcurra de la mejor manera.

Lo formativo, según Perrenoud, reside en la capacidad de ayudar a los alumnos a aprender. Se asocia al propósito de cooperar con los alumnos en sus actividades de aprendizaje y la evaluación es parte del aprendizaje. Entonces necesitamos intervenciones pedagógicas para llevar acabo y complementar la tarea de regular el aprendizaje, de ajustar, poner en orden y desarrollar las estrategias necesarias en pos de la construcción de nuevos conocimientos.

¿Cómo integramos ambos aspectos que conforman la evaluación? 

Acordemos que la evaluación da cuenta de la trayectoria hecha por cada alumno y alumna, nos da información para luego seguir adelante y tomar nuevas decisiones en función de ir por más en este proceso.

Al mirar la evaluación como parte del sistema de aprendizajes intervenimos pedagógicamente, estos son algunos ejemplos:

• Tenemos en cuenta las diferentes opciones de registros de esos recorridos.
• Observamos la necesidad de alumnos de para brindarles andamiaje, diferentes tiempos.
• Damos lugar al preguntarse y auto observarse, de preguntarnos y que nuestros alumnos se pregunten: ¿cómo voy?, ¿qué necesito mejorar?
• Proponemos actividades que integren y den la posibilidad de poner en juego lo aprendido con un propósito.
• Ofrecemos comentarios, feedback sobre distintos pasos del recorrido que cada alumno va haciendo.
• Monitoreamos y revisamos permanentemente como vamos para rediseñar  “como seguir”
• Proponemos entrevistas personales para “mirar” como se sienten los alumnos, en qué encuentran dificultad, qué les entusiasma.

Las acciones recién enumeradas permiten y propician que el sistema evaluativo sea adecuado, entonces se convierte en una herramienta poderosa.